Día Mundial de las Artes Escénicas para la infancia y la Juventud 2020Lleva a un niño al teatro hoy / Lleva a una niña al teatro hoy
¿Qué significa para un niño o una niña participar en un encuentro creativo, ser invitado a una nueva experiencia artística? ¿Por qué es tan importante para cada niño?
Recientemente tuve el privilegio de escuchar a Yo-Yo Ma, el gran violonchelista, hablar y tocar y se refirió a lo que él llama hospitalidad cultural. Él ve esto como la capacidad (y de hecho una obligación) de las artes para acoger lo que es nuevo, innovador y fuera de lo común, lo que es marginado, no escuchado e ignorado… En su opinión, es nuestra tarea como artistas ser hospitalarios con estas voces, formas y técnicas, y en el proceso permitirnos a nosotros mismos cambiar.
Me recordó lo que significa ser un anfitrión y lo que significa ser un invitado. Y uno de los elementos más importantes en ambos lados es la calidad de la escucha, la voluntad de salir de lo conocido y cómodo, y abrazar y celebrar la diferencia.
Un gran anfitrión es aquel que hace que todos se sientan como en casa, sin importar de dónde vengan o cuáles sean sus experiencias. Es el que deja su ego a un lado por el interés genuino en esta persona que ha venido de visita. Es aquel que quiere proporcionar a todos la mejor experiencia posible. El gran invitado es el que viene con una curiosidad ilimitada al encuentro, queriendo aprender sobre el otro, sin miedo a probar algo nuevo.
En este espacio de mutua receptividad, encontramos la conexión, encontramos la sorpresa y encontramos el aprendizaje profundo. Partimos de estos encuentros cambiados. Hemos alcanzado lo que nos hace humanos, en nosotros mismos y en los demás…
Este es el precioso momento que nos dan las artes. Como artistas de teatro debemos encontrar la manera de invitar a los niños, niñas y jóvenes a estos encuentros con un espíritu generoso, deseando escuchar al público tanto como queremos que nos escuchen a nosotros.
Y cuando esto sucede, entonces sentimos que la conexión empieza a crecer… encontramos un terreno común, vemos el panorama general, tenemos destellos de perspicacia y sentimos ese rubor de emoción compartida que llamamos empatía. Tenemos la sensación de que nosotros importamos, que los demás importan, que lo que estamos explorando juntos, importa.
En esta época en la que cada vez más gente es marginada, expulsada en las fronteras y aeropuertos, rechazada porque proviene de una clase, etnia, grupo lingüístico o religión diferente, es el artista quien tiene la capacidad de proporcionar un sentido de pertenencia, de conexión.
Y todos los niños y niñas necesitan eso.