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Los niños no pueden ir solos al teatro. El Día Mundial del Teatro para Niños y Jóvenes, que se celebra cada 20 de marzo, es un llamado a reconocer la dependencia que tienen los niños de los adultos que los rodean para  participar de las artes en general y del  teatro en particular.

Por esta razón decimos “Lleva un niño al teatro hoy”.

El teatro es por naturaleza efímero, sucede en un tiempo y un espacio determinados,  en ese momento particular se crean relaciones invisibles que desbloquean el corazón humano, siembran la semilla de la  empatía y hacen crecer la enredadera de las interrogantes y la curiosidad y esto tiene un impacto en el desarrollo de todo ser humano y de su futuro curso en la vida.

Conectar con el teatro,  apreciar el teatro,  puede exigir del esfuerzo de la audiencia. La función del espectador no es una función pasiva, receptiva. El teatro es una actividad que exige atención, compromiso, apertura, curiosidad y pensamiento crítico. Compromiso total, no sólo  intelectual, sino también físico, emocional y algunos dirían, espiritual. Cuando se produce este compromiso total, se están estimulando simultáneamente múltiples sentidos y la experiencia es más rica, poderosa y transformadora.

Muchos padres entienden el valor de la lectura. Sean o no lectores ellos mismos, comprenden su eficacia y reconocen su cualidad de pasaporte para trasladarse del mundo real a nuevos mundos. Aunque las etapas iniciales de la lectura pueden ser exigentes y frustrantes, la lectura no es algo a lo que se deba renunciar. Los padres entienden que los niños no puedan disfrutar todo lo que leen  y que la lectura ofrece una diversidad de contenidos, que no están para ser restringidos en temas o formas.  Ellos entienden que la lectura para los jóvenes es una clave que puede desbloquear mundos enteros, que un pensamiento experimentado en un libro puede traducirse en una dirección para la vida.  Ellos están dispuestos a buscar el libro que captará suficientemente la imaginación del niño para sortear el obstáculo de aprender a leer ¿Por qué no se da ese mismo reconocimiento a la experiencia de “leer” el teatro?

El teatro no se puede encasillar en un tema particular ni puede hacérsele encajar en un mismo molde siempre. Al teatro no se renuncia después de una mala experiencia. Puede ser trabajo duro y frustrante, así como agradable y atractivo. Apreciar plenamente los múltiples niveles de signos, significados y sentimientos que se presentan al “lector” de teatro, puede tomar tiempo.

Destilar la experiencia para sí mismo permite al público “ver” de una nueva forma y con ojos frescos lo que verdaderamente hay, ver el objeto, la persona, la relación, las asociaciones y los signos; descubrir e interpretar. La experiencia de creación de significado personal es única y requiere compromiso. La calidad de este compromiso mejorará con el tiempo a medida que los niños y los jóvenes se acostumbren a la experiencia de ver una obra de teatro.

La idea de la alfabetización teatral no es una ocurrencia que deba limitarse a los aficionados al teatro.

Es, más bien, una ventana importante y universal para la lectura del mundo. Y que necesarias y urgentes son estas habilidades en un mundo que parece cada vez más hostil a los niños, un mundo que les quita poder y los descuida como resultado de la pobreza, la guerra, el conflicto y el desplazamiento.

Estos niños deben convertirse en nuestra responsabilidad colectiva.

El reto para los artistas y para los activistas de las artes es asegurar que todos los adultos con el poder de capacitar para el teatro,  entiendan hoy su responsabilidad con los niños que nunca podrán encontrarse con el teatro sin su intervención.  Trabajar duro para que todos los niños sean alfabetizados teatralmente.

 

Yvette Hardie

Presidenta de ASSITEJ

 

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